Esta vez no voy a llorar, no quiero que las lágrimas vuelvan a resbalar por mis mejillas, no voy a dejar que veas el dolor que percibo de la vida... No sé donde ir, ni donde mirar... Quisiera correr hasta perderme en el vacío de la densidad de la noche, hasta llegar a sentir la soledad más absoluta dentro de mi alma... Quisiera gritar, gritar hasta quemarme la garganta, hasta que me duelan las palabras, hasta que los oídos me estallen de oír todo aquello que tengo que decir pero que no quiero escuchar... Quisiera gritar, pero una vez más me conformaré con el silencio que me proporciona la vida.
Últimamente, cansada de luchar por todo lo que se me niega sin razón, me he abandonado a los sueños, a las sonrisas forzadas, a las miradas vacías... Últimamente prefiero caminar por el delgado camino de la nostalgia, por el ancho sendero del dolor, por el húmedo mar de mis lágrimas... Últimamente prefiero mirar hacia atrás y añorar todo lo que he perdido, y culparme de mis errores una y otra vez hasta derrumbarme de nuevo en mis pensamientos más oscuros... ¿Por qué me siento tan mal? ¿Por qué me abandono al olvido de las noches con luna llena? ¿Por qué lloro con el alma cada noche? ¿Por qué me he convertido en la mejor amiga del dolor y la soledad? Cuantas preguntas sin respuesta golpean mi mente, cuanta rabia contenida, cuando esfuerzo tirado a la indiferencia de la vida... Cuantas frases vacías pero llenas de sentimientos.
Vuelvo a rendirme, vuelvo a conformarme con la poca luz que me proporciona la vida, vuelvo a buscar aquello que me hacía reír... Vuelvo a enamorarme de la luna cada noche y del sol cada mañana... Vuelvo a caer al vacío de mi alma, a lo más oscuro que se esconde en mi corazón... Vuelvo a bajar la cabeza para que no perciban mi llanto, vuelvo al silencio de las noches en vela y los días carentes de frases sinceras... Vuelvo a morir por dentro como tantas otras veces... Esta vez no volveré a nacer, no quiero abrir los ojos de nuevo para volver a encontrarme la misma tristeza ante mis pies... Esta vez no, prefiero acabar definitivamente con esto a lo que llaman vida, esto que me seca por dentro, que me obliga a llorar cada mañana, que me hace sentir la soledad más absoluta... Cuanta gente como yo, respirando el mismo aire, y que lejanos unos de otros... Nunca conseguiré entender la vida ni por qué es tan complicado vivir.
Y allí donde vaya sigo escuchando palabras de aliento, palmaditas en la espalda que me recuerdan una vez más lo poco que soy... Si las personas conocieran mi lado más oscuro quizás comprenderían lo poco que valgo... Si la gente se molestara al menos en escucharme quizás podrían llegar a entenderme, al menos durante un instante... Necesito que alguien me escuche, quiero hablar, y supongo que finalmente terminaré contándoselo una vez más a mi alma, o a la luna, o a la luz de las estrellas... Supongo que una vez más me sentiré sola, cara a cara con mi desastre, con mis sueños, con mis esperanzas perdidas en cada lágrima salada que derramó mi corazón... Y supongo también que a nadie le importa mi tristeza, ni mi silencio... Ni siquiera mis sonrisas ni la luz de mi mirada al atardecer ¡y que más da! Si ya me acostumbré a los días llenos de miedo y odio hacia la vida, si ya comprendí que mi papel es este mundo no es otro que dejarme llevar por la corriente de mis fracasos... Si sé de sobra que la vida es triste por naturaleza y así la acepto dentro de mi alma.
Y aún así sigo caminando hacia delante, no me queda otra, cada minuto me aplasta con la fuerza de los suspiros, de las palabras que duelen en lo más hondo de mi ser... Cada hora que pasa es una nueva prueba superada en mi cabeza, así días tras día, mes tras mes, año tras año... Así hasta agotar al fin el tiempo indefinido que se me concedió al nacer solo por el hecho de comenzar a respirar, solo por abrir los ojos por primera vez... Sólo por vivir se me condenó a morir ahogada en las olas de la vida ¿por qué no seré más fuerte? ¿por qué no me parezco a los demás? ¿qué me hace diferente? De nuevo preguntas sin respuesta que golpean con su eco en mi cabeza, de nuevo signos de interrogación en mi alma, de nuevo incertidumbre hacia el día de mañana.
