Siempre me han dicho que no debo llorar, que debo ser fuerte, que debo enfrentar lo que me viene y que debo mostrar una sonrisa cada día. ¡No digamos tonterías! Somos personas, lloramos cuando algo nos duele y nos sentimos lastimados, tenemos miedos: miedo a perder a la gente que queremos, miedo a lo diferente, a lo desconocido, miedo al futuro, a debilidades, a insultos y a las críticas; y sí, aunque en ocasiones aparente que estoy muy contenta, que nada me preocupa y que todo me da igual, las cosas me afectan. Lloro si me hacen daño, le temo a muchas cosas y si me das en mi punto débil me derrumbo.
Aprende a ver que no soy de piedra......