carpe diem........

te fuiste sin decir nada, ni a tus amigos si quiera, dijiste lo q te pasaba. Algo notaba yo en ti, que me hacía pensar.Pues tú la misma, ya no eras.
Pero nunca imaginé, que de un dia para otro, tú nos dejaras y te fueras,
es la realidad de la vida, y que duro es aceptarla. Es amarga y dolorosa ¡¡¡ no debería ser así...!!! de nuestras vidas dispone, y a los mejores se lleva....
Solo una cosa me queda recordar, los buens ratos y los moomentos tan buenos que juntos hemos pasado....
No sse compran con dinero se sienten en el corazón, y muy adentro se llevan.Y como dice el cantar " cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no lo vuelve a llenar la llegada de otro amigo"......para mi mas que una amiga eres una hermana,
Te quiiiiero, te exo de menitos,..¡¡¡ :)

lunes, 27 de septiembre de 2010

cAminando despacitoo que las prisas no son buenas....

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insiste en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierde la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó? Puede pasarse mucho tiempo de su presente "revolcándose" en los porqués, en devolver el casette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender "su televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo. La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo 'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

domingo, 26 de septiembre de 2010

“en la fuerza estará lo mejor”

Empecé a que la enfermedad fuera más fuerte con 16 añitos. A medida que la enfermedad se apoderaba de mi, yo me sentía más reina del mundo, reina de la sociedad, reina de mi cuerpo, no quería escuchar a nadie, ni parar a pensar lo que me estaban diciendo, todo era un complot contra mi, así lo vivía.. Y los acabas odiando, a ellos y a ti, la que más. Te rebelas, les haces daño, estás en contra de ellos porque crees que te mienten cada vez que abren la boca: ¿Cómo podéis decirme que estoy delgada y enferma si cada dia que paso me veo más gorda y peor persona? ¿Cómo podéis decirme que la vida vale la pena y que soy una persona impresionante y con fuerza para vivirla si me molesta hasta la luz de sol y un solo minuto de día me da miedo? Y si.. me disfracé de alguien que no era, durante mucho tiempo, incluso mucho antes de no tener esta enfermedad, alguien que gustara, que fuese agradable, que consiguiese ser importante, alguien a la que quisieran y respetaran, y valorasen. El problema es que no fui yo, y fui la primera en no aceptarme, ni gustarme, ni respetarme y menos quererme y valorarme.
Yo también pienso que los valientes son los que son de verdad, ya que en esta vida es complicado ser uno mismo y defenderlo a toda costa, te quieran o no, te acepten o no o te valoren o no.
Mi trabajo de estos años es poder decir una día: Mirarme a la cara y ser quien soy..