Empecé a que la enfermedad fuera más fuerte con 16 añitos. A medida que la enfermedad se apoderaba de mi, yo me sentía más reina del mundo, reina de la sociedad, reina de mi cuerpo, no quería escuchar a nadie, ni parar a pensar lo que me estaban diciendo, todo era un complot contra mi, así lo vivía.. Y los acabas odiando, a ellos y a ti, la que más. Te rebelas, les haces daño, estás en contra de ellos porque crees que te mienten cada vez que abren la boca: ¿Cómo podéis decirme que estoy delgada y enferma si cada dia que paso me veo más gorda y peor persona? ¿Cómo podéis decirme que la vida vale la pena y que soy una persona impresionante y con fuerza para vivirla si me molesta hasta la luz de sol y un solo minuto de día me da miedo? Y si.. me disfracé de alguien que no era, durante mucho tiempo, incluso mucho antes de no tener esta enfermedad, alguien que gustara, que fuese agradable, que consiguiese ser importante, alguien a la que quisieran y respetaran, y valorasen. El problema es que no fui yo, y fui la primera en no aceptarme, ni gustarme, ni respetarme y menos quererme y valorarme.
Yo también pienso que los valientes son los que son de verdad, ya que en esta vida es complicado ser uno mismo y defenderlo a toda costa, te quieran o no, te acepten o no o te valoren o no.
Mi trabajo de estos años es poder decir una día: Mirarme a la cara y ser quien soy..
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